

El cierre ordenado es un proceso muy común en Suecia que favorece a los accionistas. Los clientes de la firma europea no se verán perjudicados en lo referente a garantías, servicios o repuestos. El proceso que durará varios meses, asegura, según la empresa, total protección para empleados, distribuidores y proveedores.
El gigante norteamericano confirma también en su página web que sigue estudiando las diferentes propuestas recibidas para asegurar el futuro de la marca sueca, pero su decisión de cierre sigue siendo firme.
El cierre de la marca sueca supone el despido directo de 3.400 empleados que trabajan en Saab. Además habrá que evaluar cómo afecta este cierre a las empresas satélite que fabrican para Saab y el efecto que provoca en la economía de los lugares donde se llevaba a cabo la fabricación de estos automóviles.
La larga agonía de Saab no ha podido tener un final peor. Durante todo el año 2009 se especuló con la posibilidad de que fuera vendida al grupo Koenigseeg, posteriormente apareció Spyker como posible comprador, pero ninguna de las dos negociaciones llegó a buen puerto. El lanzamiento de su nuevo modelo el Saab 9-5 que estaba previsto para antes del verano, queda pues en el limbo.
Con este cierre se pone punto y final a más de 70 años de historia de una marca que comenzó fabricando aviones por necesidades estratégicas y que tras la segunda Guerra Mundial comenzó con la fabricación de coches.
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