

En nuestro blog dedicado a la crisis nos hacemos eco de la mala situación por la que atraviesa uno de los sectores de la población sobre el que se debe sujetar el futuro de este país. Las cifras hablan por sí solas: hay 4,2 millones de jóvenes sin ingresos para hacer frente a la compra de una vivienda nueva, otro 1,5 millones disponen de vivienda pero se han quedado sin sueldo. Del total de la población desempleada de nuestro país prácticamente el 50% es joven, y además la tasa de temporalidad entre los que trabajan es de un 37,1%.
Datos para echarse a temblar, pero no acaba ahí la cosa, un joven tendría que reservar de su sueldo el 62,4% si quiere afrontar el pago inicial de una hipoteca media y casi un 54% si opta por el alquiler.
A pesar del descenso de los precios de los pisos y que en la actualidad el Euribor está en mínimos históricos, las trabas que los bancos ponen a la hora de conseguir una hipoteca, hacen de esta una misión casi imposible. El estudio sitúa el nivel mínimo de ingresos para financiar la compra de una vivienda libre sin riesgo en 31.266 euros anuales. Cifra que se coloca en el doble del poder adquisitivo de la mayoría de las personas jóvenes, cuyos ingresos medios netos son de 15.042,21 euros al año.
Por comunidades autónomas donde es mayor la diferencia entre los ingresos necesarios y los sueldos realmente cobrados para poder acceder a una vivienda son País Vasco, donde el sueldo de un joven debe ser el 158,76% superior al actual; Madrid, donde el salario debería subir hasta un 151,09%, y Baleares, donde bebería alcanzar hasta un 147,26% más.
El número total de jóvenes emancipados en edades comprendidas entre 18 y 34 años se situó en algo más de 5 millones, un 46,8% del total.
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