

Ya sé que es difícil, pero lo único que hay que hacer es creer. De verdad, pensar que la buena suerte no aparece así porque sí, sino que hay que buscarla. De hecho, la Buena Suerte la crea uno mismo, por eso dura siempre que tú quieras: uno de los principales problemas reside en que la gente no sabe gestionar su suerte y por lo tanto no sabe cómo mantenerla.
Por ello, son muchos los que quieren tener buena suerte pero pocos los que deciden ir a por ella.
Hay que fijarse objetivos claros y luchar para conseguirlos. Además, para que llegue la buena suerte es conveniente crear nuevas circunstancias: para llegar a una situación diferente y mejor que la actual es necesario cambiar las circunstancias que nos rodean.
Con ello, crear circunstancias en las que otros también salen beneficiados atrae a la buena suerte: vivimos en un mundo global en el que todo está conectado y nuestras acciones y decisiones repercuten activamente en los demás.
Pero ponte a trabajar ya mismo y con fe en lo que haces, ya que si dejas para mañana la preparación de las circunstancias, la buena suerte quizá nunca llegue. A los que solo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo; a los que se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa: la clave reside en visualizar aquello que deseamos conseguir.
Cuando ya se hayan creado todas las circunstancias hay que tener paciencia, no abandonar: hay que tener confianza en que la buena suerte llegará y no desanimarse porque los proyectos no salgan bien a la primera.