

La crisis está empujando a muchos trabajadores a acatar la presión que sobre ellos ejercen las empresas porque no es buen momento para levantar la voz. Mientras tanto, algunas empresas aprovechan la situación económica para dar otra “vuelta de tuerca” a sus trabajadores. Otras empresas, directamente no atraviesan por una buena situación económica, y directamente piden más a sus trabajadores más por el mismo sueldo.
La situación no sólo es propia de nuestro país, son muchos los países que se encuentran en esta posición y así lo desvela un estudio recientemente elaborado por el portal de empleo Monster, en EE.UU.
En la actualidad, la tolerancia de los trabajadores a perder sus beneficios sociales es muy alta y ha cobrado fuerza el famoso dicho de “menos da una piedra”. Sin embargo, es bueno recordar, que allí si te quedas sin trabajo no es lo mismo que aquí ya que la Seguridad Social es muy limitada y no concede los subsidios por desempleo que disfrutamos en España, en los Estados Unidos todo se basa un poco en aquello de “vales lo que tienes”.
A la mayoría de los encuestados, el 57%, le encantaría saber qué piensan sus jefes sobre los empleados, cuál es su valoración, y accedería a escucharles a escondidas en las conversaciones a puerta cerrada. Un 60% quisiera cambiar su puesto con su jefe, mientras que hay un 9% del otro porcentaje que se siente poco preparado.
Sobre el nivel de presión que estarían dispuestos a aceptar, los datos son muy reveladores. Un 41% de los trabajadores preguntados dijo que nunca renunciaría a su trabajo por culpa de su jefe. Un 24% dijo que sí que renunciaría llegado cierto nivel de presión, y un 25% abandonaría su puesto si viera que le tratan de engañar.
Contra la presión poco puede hacerse salvo estar preparados. Mejorar nuestra formación puede ayudarnos a tener un futuro mejor. Si mejoramos nuestra preparación podemos optar no sólo a subir nuestro puesto en la empresa en la que estemos, sino buscar otro tipo de destinos mejores para realizar nuestra tarea. En tiempos de crisis las empresas prescinden de empleados sin importarles demasiado los beneficios que estos les puedan ofrecer. Una empresa es competitiva si tiene buenos profesionales y sabe cuidarles.
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