

Pero a pesar de ello, los niños de la casa terminan, un año más el curso escolar, y todos ellos desean un verano lleno de actividades lúdicas con las que disfrutar plenamente en las vacaciones. Además, los padres trabajadores no podrán atenderlos y no todo el mundo puede recurrir a los abuelos. ¿Qué hacer para que las vacaciones de los niños no nos echen abajo el presupuesto? Por fortuna, existen una serie de opciones para que tus hijos pasen unos meses divertidos sin que tengas que rascarte el bolsillo.
Para empezar, están los campamentos urbanos que organizan la mayoría de los Ayuntamientos españoles, en sus campañas por la conciliación laboral. Suelen extenderse desde julio a agosto, y a precios muy populares, ofrecen a los niños actividades deportivas y lúdicas por la mañana y por la tarde, y algunos también ofrecen servicio de comedor. Son una gran opción para padres trabajadores y para familias que por cualquier motivo se quedan en la ciudad durante el verano.
Aparte de esto, no debemos dejar pasar la posibilidad de inscribir a los niños en los diferentes campamentos y campos de trabajo que organizan cada verano los distintos organismos públicos, como diputaciones y gobiernos autonómicos. Normalmente, duran 15 días y pueden estar dedicados a temáticas específicas: deportes, ecología, arqueología, etc. Los niños lo disfrutan enormemente, conocen a gente de su edad y participan en un sinfín de actividades, y lo mejor de todo es que son sumamente económicos, e incluso los hay gratuitos.