

La persona que ha hecho un guiño hacia el futuro ha sido el presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Ben Bernanke, quien ha declarado que hay varias señales que indican que el deterioro de la economía de Estados Unidos está llegando a su fin. No terminaron ahí sus palabras. El dirigente apuntilló la recuperación podría llegar a finales de este año.
Los últimos datos macroeconómicos de la primera potencia del mundo sugieren que la contracción se podría estar desacelerando. También se empiezan a ver signos provisionales que apuntan a que la demanda final, sobre todo la de los hogares, podría estár normalizándose.
Bernanke considera que, aunque el sistema financiero está mostrando síntomas de recuperación, a medida que van avanzando las iniciativas puestas en marcha por las autoridades estadounidenses, los mercados siguen bajo una "tensión considerable". En su opinión, si el sector financiero sufriese una recaída, la recuperación de la economía estadounidense prevista para este año podría irse al traste.
Y es que Bernanke lo tiene muy claro: "Una recaída en las condiciones financieras sería un escollo significativo para la actividad económica y podría paralizar la incipiente recuperación”.Además, el banquero considera que el mercado laboral continuará mostrándose débil "en los próximos meses", ya que las empresas "probablemente se mostrarán tímidas y cautas a la hora de contratar". En este sentido, la Fed estima que las compañías siguen estando poco dispuestas a incrementar el nivel de inversión.
Habrá que estar atentos para comprobar si los síntomas que anuncian el final de la crisis son acertados. Las declaraciones de Ben Bernanke me gustan y me parecen creíble. La Administración Obama destaca por su prudencia. No lanzan las campanas al vuelo sin tener datos para ello.