

Este acuerdo provisional servirá como base para negociar un compromiso final con el Parlamento Europeo. El objetivo es que el nuevo órgano pueda empezar a funcionar a lo largo del año 2010.
El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, se declaró "muy satisfecho" por el pacto e insistió en que el Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos debe estar operativo "lo antes posible".
La función del Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos será observar y evaluar las posibles amenazas para la estabilidad financiera, emitir alertas de riesgo y recomendaciones de actuación y vigilar su aplicación. Sin embargo, las medidas correctivas que aconseje para evitar una crisis no tendrán carácter vinculante y podrán ser ignoradas por los Estados miembros.
El nuevo órgano estará formado por los gobernadores de los bancos centrales de los Veintisiete, así como por representantes de la Comisión y de las tres nuevas autoridades de supervisión que se crearán antes de fines de año (bancaria, bursátil y de seguros), que tendrán poderes de mediación en caso de desacuerdo entre los supervisores nacionales.
Entre los riesgos que examinará el nuevo órgano destacan la solidez de la situación de los bancos, la aparición de burbujas o el buen funcionamiento de las infraestructuras del mercado.
Una vez identificado el riesgo, el Consejo dirigirá una recomendación al país o grupo de países afectados, si bien no será de obligado cumplimiento, e inclusive podría no hacerse pública.
El acuerdo sobre el Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos está supeditado a que se logre un compromiso en diciembre sobre la creación de las tres autoridades de supervisión financiera, que tendrán poderes de mediación en caso de desacuerdo entre los supervisores nacionales. Este es el punto más conflictivo de la reforma y choca con las reticencias sobre todo de Reino Unido.
Imagen CC de teclasorg