La falta de formación específica y los obstáculos para la puesta en marcha de nuevas empresas, son los principales motivos que explican que España sea el país de la UE con más desempleo entre los menores de 25 años.


Según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), recientemente publicada por el INE, la tasa de paro entre los jóvenes de Andalucía, Canarias, Valencia y Extremadura supera el 50 por ciento. La peor situación se registra en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, donde el porcentaje de menores de 25 años sin trabajo alcanza el 57 por ciento y el 58 por ciento, respectivamente. La situación contraria se produce en Navarra y País Vasco, con tasas del 28 y el 30 por ciento.
En el conjunto del territorio español, durante el primer trimestre de este año los jóvenes sin empleo han aumentado un 2,5 por ciento, hasta situarse en el 45 por ciento de los parados. Este nivel, que equivale a más de 860.000 desempleados de menos de 25 años, representa el segundo nivel más alto de toda la serie histórica por detrás del 46% que alcanzó en 1994.
España tenía, a finales de 2007, una tasa de paro juvenil inferior al 18 por ciento. En menos de cuatro años, esta cifra se ha multiplicado por dos, con creces, lo que supone un claro deterioro en la situación de la juventud. En términos absolutos, la pérdida de empleos se ha traducido en un repunte de 437.000 personas.