

Hasta aquí parece una noticia sin gran trascendencia, lo malo viene ahora, D. Ignacio se acoge a una jubilación anticipada y recibirá una pensión anual que rondará los tres millones de euros, si bien es cierto, que como consejero delegado su sueldo ascendía a los 4,2 millones de euros. Cuando este señor cumpla los 65 años tendrá vía libre para acceder a su plan de pensiones en el cual dispone de 53 millones de euros. Si hubiese sido la entidad bancaria la que hubiese formulado el despido en contra de su voluntad, el señor Goirigolzari hubiese cobrado la nada despreciable cantidad de 61 millones de euros en concepto de indemnización, según marca el informe de Responsabilidad Corporativa firmado en el 2008 por la propia entidad.
El señor Goirigolzari cuenta con 55 años de edad de los que lleva 30 en el BBVA, fue elegido por González como su número 2 y ahora al ver truncadas sus aspiraciones a la presidencia del Banco decide marcharse. Durante diez largos años cobrará más de 30 millones de euros y luego tendrá su vejez asegurada con otros 53 millones, así yo también me marcho.
Además el presidente de la entidad le agradece en un comunicado su labor, alabando su gestión e indicando que le echará mucho de menos.
Sinceramente además de envidia lo único que pueden generar noticias de este tipo es vergüenza e indignación. Alguien dice por ahí que el secreto para salir de la crisis es abaratar el despido, ya tiene por donde comenzar a hacerlo.