

La respuesta es NO. La clase política disfruta de unos privilegios fiscales aprobados por ellos mismos y que les permiten que parte de su sueldo no tribute. Como dispone uno de los artículos (17) de la Ley que regula el impuesto de la renta de las personas físicas, quedan exentas de tributación las remuneraciones que las instituciones públicas asignen para gastos de viaje, alojamiento y manutención, lo que nosotros conocemos vulgarmente como dietas. Otro de los artículos de esta Ley (16) deja a voluntad de las instituciones fijar que parte de los salarios públicos son dietas y no contribuyen al fisco. Los beneficiados son: Alcaldes, concejales, diputados, senadores, parlamentarios autonómicos....
Si analizamos el sueldo de nuestros senadores y diputados nos encontramos con que entre el 21 y el 36% del mismo no tributa a Hacienda. El sueldo base de nuestras señorías está fijado en 43.771 euros anuales, por el que tributan un 18%. A mayores perciben entre 12.187 y 25.534 euros en dietas, dependiendo si su circunscripción es la capital de España u otra provincia.
Pero su especial fiscalidad, además, les permite no tener que justificar dichos gastos. Si estas dietas tributaran y se unieran al salario base, su tipo impositivo pasaría del 18 al 21 e incluso hasta el 23%.
Otro dato que habla de la solidaridad y equidad de nuestros políticos; ellos mismos se aprobaron un reglamento que les garantiza la pensión máxima tras cotizar sólo 7 años. El resto de ciudadanos debemos cotizar durante 35 años para llegar a cobrar dicha pensión.
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