La llegada de extranjeros supuso una inyección económica fundamental para la estabilidad de una sociedad vulnerable a todo, pero sin capacidad de protesta al estar callados por la dictadura franquista. El turismo tuvo otra consecuencia importante: la creación de puestos de trabajo. Ahora vemos como uno de los pilares de nuestra economía también está sufriendo las consecuencias de la crisis. Aún no es grave, pero sí preocupante. El gasto total de los turistas extranjeros alcanzó los 8.237 millones de euros en los tres primeros meses del año, lo que supone un descenso del 11% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, según la Encuesta de Gasto Turístico (EGATUR) que elabora el Instituto de Estudios Turísticos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Los turistas permanecieron en España una media de 9,7 noches, un 4,7% más con respecto a los dos primeros meses de 2008. Desde el Ministerio ya se ha buscado una excusa:el efecto Semana Santa. El año pasado la festividad cayó en el mes de marzo, mientras que éste ha sido en abril, lo que ha supuesto una reducción de los euros gastados en nuestra frontera en el primer trimestre. En este caso sí que parece creíble el argumento que exponen desde Turismo, pero resulta curioso que no recuerrieran al mismo cuando el gasto aumentaba en los años anteriores, no importando cuándo fuera la Semana Santa. Parece que las procesiones y la fe religioso son rentables. Habrá que estar atentos a las cifras del segundo trimestre. Si no son positivas, me muero de ganas por saber a qué argumento recurrirán para excusarse.
El turismo sufre los efectos de la crisis
Recuerdan la canción “el turista 1.999.999” que un grupo llamado los Stop cantaba en la década de los 60. El tema de trasfondo era el despegue del sector turístico en España. Las playas se empezaban a llenar de suecos y suecas que rivalizaban contra los nuestros, estereotipos del landismo.
1 comentario
luismipalacios
miércoles, 29 abril, 2009
Esta Semana Santa he visto gente en la playa como nunca, hay que dar confianza para que los turistas consuman y se animen.