

La idea del Gobierno es que el cambio se haga de forma gradual y que comience a aplicarse en el año 2013. La opción que cobra más vida es la de aumentar dos meses por año la edad de jubilación (es decir, los que se jubilen en 2013 lo harán a los 65 años y dos meses), de tal forma que los que han nacido a partir de 1959 se jubilarían a los 67 años.
La propuesta de aumentar la edad de jubilación no es compartida por el Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que sin embargo si se mostraba favorable a incentivar el retraso voluntario de la edad de jubilación. La principal impulsora de esta medida parece la vicepresidenta económica, Elena Salgado, que ve en la medida, una tabla de salvación para el sistema de pensiones, el cual se verá perjudicado por el progresivo envejecimiento de la población.
Pero este no es el único cambio, hay otro que baraja el Gobierno y que para mi modesto entender es igual o más importante, y es el de aumentar el periodo mínimo necesario para tener derecho a una pensión, ahora fijado en 15 años. Recordemos que para acceder a la pensión máxima es necesario haber cotizado durante 35 años a la Seguridad Social.
El documento presentado para la reforma de las pensiones aboga también por elevar el periodo cotizado que se tiene en cuenta para determinar la cuantía de la pensión. Ahora mismo se contabilizan los últimos 15 años de vida laboral, la reforma quiere ampliarlos hasta los 20. Este cambio puede suponer, de forma general, una rebaja media de la pensión, pues los últimos años laborales suelen ser los de mejor salario, salvo para aquellos trabajadores que se vean afectados por despidos o ERES al final de su vida laboral.
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