

Estas cifras se traducen en un descenso del número de personas sin empleo en la Unión Europea (38.000) y un ascenso de 18.000 nuevos parados en la zona euro.
Lamentablemente nuestro país sigue a la cabeza en materia de paro. En España el paro subió dos décimas para alcanzar un más que ruinoso 21% (más del doble que la tasa media en toda Europa). Le siguen Lituania con un 16,3% y Letonia 16,2% (ambos datos correspondientes al primer trimestre del año).
En lo que llevamos de 2011, la tasa de paro disminuyó en 19 de los estados miembros, se mantuvo estable en Luxemburgo y subió en los 7 restantes. Si comparamos estos datos con los de hace un año, en julio de 2010 la tasa de paro era del 9,7% en toda la Unión Europea, del 10,2% en la eurozona, mientras que en España fue de un 20,2%. Como se puede ver, nuestro mercado laboral no sólo no avanza, sino que retrocede.
El estado miembro con la tasa de paro más baja es Austria con un 4%, le siguen Holanda con un 4,1% y Luxemburgo con un 4,5%. Los dos motores de la economía europea, Alemania y Francia, registran unas tasas de un 6,1% y un 9,7%, respectivamente.
Aquellos países que han logrado bajar su tasa de paro más significativamente en el último año han sido Estonia (del 18,8% al 13,8%), Letonia (del 19,9% al 16,2%) y Hungría (del 11,3% al 9,9%). Por contra, Grecia pasó del 11,0% al 15,0%, Bulgaria, del 10,1% al 11,4%, y Chipre, del 6,5% al 7,6%.
Una de las tasas que más preocupa a los socios europeos es la del paro juvenil (menores de 25 años). El desempleo en este sector bajó una décima en el último año situándose en un preocupante 20,5%. España vuelve a marcar el peor registro con un 45,7%, casi un 8% más que Grecia y casi un 40% más que Holanda, el país con menor tasa de paro juvenil.
Sobran las palabras.
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