

En España ya son tres meses consecutivos en los que estamos por debajo del cero. Después de los datos del mes de abril, registramos una tasa de -0,8 por ciento, una cifra histórica. Las previsiones del Ejecutivo no prevén que cuando finalice el año estemos con la cifra en negativo, aunque ya se sabe el ojo que tienen con sus pronósticos. El problema que se deriva de la deflación es la alarmante falta de consumo, provocado por la falta de liquidez y de confianza.
En Europa las cosas tampoco andan mucho mejor. Los precios se han mantenido estables es los países de la zona euro en el periodo que comprende los últimos doce meses. Nunca antes se había producido una circunstancia similar. Llama la atención el caso de Alemania. El país germano no se queda atrás. La primera economía europea, el motor que hace girar al resto de países también entró en cifras negativas tras los datos conocidos el último mes. El índice de precios de Alemania ha caído el 0,1 por ciento en el último año.
Un dato que puede maquillar la caída de precios es la subida del precio de los carburantes. De la misma forma que gracias a la reducción del coste del barril de crudo se produjo el punto de inflexión en la subida, ahora también podría ser el punto de inflexión para detener la bajada.