

El pasado verano fue frenético, antes de acabar la temporada, los grandes clubs de Europa se lanzaron a contratar nuevos jugadores pagando por ellos cantidades astronómicas y poniendo en grave riesgo sus balances. A principios del mes de agosto del pasado año ya habían gastado más de 700 millones de euros, mientras que este año el gasto a penas sobre pasa los 250 millones. El pasado año se habían cerrado por estas fechas unos 40 fichajes, este verano sólo han sido 21 las nuevas incorporaciones.
En Europa el panorama es todavía peor que en nuestro país. Por ejemplo, el Inter de Milán, actual campeón de Europa, todavía no ha gastado un sólo euro en fichajes, la temporada pasad por estas fechas ya llevaba gastados 47 millones de euros. Una situación parecida atraviesan otros grandes clubs italianos como la Juve o el Milán, que lejos de comprar intentan no perder jugadores. En el Reino Unido un equipo como el Manchester City con enormes posibilidades económicas (capital árabe) llevaba gastados casi 120 millones de euros en agosto del pasado año, en esta temporada no llega a los 80.
A estas alturas de pretemporada en todo el viejo continente se han gastado 260 millones de euros en fichajes, cuando sólo entre el Madrid y el Barcelona llevaban invertidos el pasado año más de 315 millones.
Parece que quedan lejos los 96 millones pagados por Cristiano Ronaldo, los 67 de Kaká, los 35 millones que costó Benzema o los 15 que pagó el Madrid por Albiol. La temporada 2010/2011 será más austera en cuanto a gastos, aunque mantener a todos estos nombres les supone un importante desembolso a los clubs (Cristiano Ronaldo tiene una ficha de 14 millones de euros anuales).
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