

Si bien era esperada, la noticia ha sentado muy bien en todos los mercados y es que parece que la medida comienza a dar sus frutos, el gigante americano experimenta un repunte en su economía. El sector inmobiliario comienza a recuperarse aunque muy lentamente y el gasto de los consumidores parece que quiere empezar a crecer, sin embargo, el desempleo sigue siendo el punto negro en la recuperación del país, la elevada tasa de desempleo afecta a las restricciones de crédito y a un menor crecimiento de los ingresos.
Según la FED, las empresas estadounidenses van reduciendo poco a poco el recorte en sus inversiones fijas y van adecuando sus inventarios al ritmo de las ventas, aunque todavía no se decidan a ampliar sus plantillas.
Desde el punto de vista de los precios, el Banco Central de Estados Unidos piensa que las expectativas de inflación para un largo plazo se mantienen según lo previsto y permanecerán a un nivel muy bajo durante algún tiempo.
Estados Unidos ha registrado un crecimiento interanual del PIB del 2,8% en el tercer trimestre, dato que a pesar de ser inferior al esperado, determinó el fin de la recesión más grave en este país desde la Gran Depresión. En el mes de noviembre la tasa de desempleo pasó del 10,2% del mes anterior al 10% actual, con una destrucción de sólo 11.000 empleos.
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