

La situación se estaba volviendo insostenible para estas entidades, ya que tenían que dotar elevadas provisiones en sus balances para cubrir estos inmuebles obtenidos por la falta de pago de clientes y por la falta de seriedad de promotores que han perdido una gran cantidad de viviendas al no hacer frente a los pagos. En el caso de las viviendas en alquiler, la provisión que deben dotar en sus balances es completamente distinta y más asequible, lo que ha llevado a muchas entidades a moverse por separado para empezar a aliviar su situación.
Con el acuerdo recientemente firmado, la CECA pone en manos de la Sociedad Pública de Alquiler parte de su stock de viviendas para que lo gestione. Esto no supone la cesión de activos inmobiliarios, la SPA será la encargada de formalizar los trámites de alquiler con el particular y se encargará del mantenimiento y rentabilidad del contrato de alquiler, por lo que cobrará unos honorarios de la Confederación de Cajas.
Faltan por concretar los aspectos técnicos, jurídicos y económicos pero entre los servicios de la SPA a los que podrán optar las cajas se encuentran la puesta en alquiler de viviendas a través de su propia red comercial, la gestión de demandantes de alquiler, el pago de forma directa y mensual de la cuota de alquiler, con garantía de rentas en casos de morosidad hasta los plazos máximos establecidos por el servicio público en el acuerdo bilateral con cada una de las cajas, o la posibilidad de contratar un seguro multirriesgo, incluyendo cobertura de rentas.
Con este acuerdo ganan todos, las cajas porque sacan rendimiento a unos activos inmovilizados y el Gobierno porque se acerca a su objetivo de que el parque de vivienda de alquiler alcance el ansiado 20% en el año 2020.
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