

En nuestro país, el 40% de los 4,6 millones de parados, según la Encuesta de Población Activa (3,9 millones según el Ministerio de Trabajo), son parados de larga duración. Una situación calificada por todos como de muy grave y a la que nadie parece saber cómo poner fin. Justo antes de estallar la crisis, a comienzos de 2008, España apenas superaba los 480.000 parados de larga duración, un 22% del total. Dos años más tarde, la cifra ha alcanzado el 268% hasta los 1,7 millones. Algunos estudios avisan de que llegaremos a los dos millones antes de acabar el año. Sólo Eslovaquia y Estonia tienen una tasa superior a la española en toda la Unión Europea.
La reducción generalizada de sueldos ha hecho que, en muchos casos, la prestación por desempleo iguale o supere el salario reserva, es decir, el mínimo por el que una persona decide buscar empleo. Si a esto le añadimos que sectores como la construcción, industria y automoción viven sus horas más bajas, el resultado son miles de desempleados con escasa preparación ni experiencia para recolocarse en otros sectores.
Capítulo aparte merece el antiguo INEM, incapaz de colocar a más de un 2% de los parados. Cada trabajador de este servicio público "atiende" a una media de 250 parados, con lo que podéis imaginar el tipo de atención. Su objetivo, colocar al mayor número de desempleados posibles en un curso (la mayoría de las veces inútil) para que desaparezcan de las estadísticas.
El perfil de los parados de larga duración también evoluciona con el paso de la crisis. Antes eran mujeres (un 63% en 2008), ahora son hombres (un 53% en los primeros meses de 2010). Antes eran personas con escasa preparación de más de 35 años, y ahora cada vez hay más universitarios por debajo de los 30. Las empresas ahora buscan gente que aporte resultados a muy corto plazo, y para eso se necesita experiencia además de preparación.
Las consecuencias de todo esto todavía no se conocen. Lo más probable es que muchos de los empleos destruidos jamás se vuelvan a crear, que un gran número de parados que ahora superan los 50 años no puedan volver a acceder al mercado laboral y que medidas como las de los 420 euros para aquellos que se queden sin subsidio acaben por desaparecer ante la presión por reducir el déficit público.
¿Cómo mantendrá el país a una, cada vez más grande, población sin ingresos?.
La mejor idea para crear puestos de trabajo, la de los sindicatos, convocar una huelga general para los que si trabajan.
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